Cuando hablamos de tratar aguas residuales la verdad es que hay más de un camino para llegar al mismo destino, un agua más limpia, segura y reutilizable, algunos eligen los métodos tradicionales como la coagulación y floculación, mientras otros apuestan por tecnologías más modernas y sustentables, como las de BioMicrobics.
Ambos enfoques buscan el mismo objetivo, sí, pero el cómo —y los resultados finales— son muy distintos.
La coagulación y floculación: la solución clásica
Podríamos decir que la coagulación y la floculación son los “veteranos” del tratamiento de agua. Son técnicas ampliamente usadas en plantas potabilizadoras o procesos industriales complejos, y su lógica es sencilla pero efectiva: se agregan productos químicos (coagulantes y floculantes) que hacen que las partículas diminutas del agua —como arcillas, grasas o metales— se agrupen formando pequeños “copos” llamados flóculos, que luego se sedimentan o se filtran.
El resultado es un agua más clara, visualmente limpia, con menos turbidez, pero —y acá está el detalle— este método no elimina del todo la materia orgánica ni las bacterias. Por eso suele necesitar etapas complementarias, como desinfección o aireación, para alcanzar una calidad óptima.
Mantener este tipo de sistema no es barato, requiere ajustes constantes, una dosificación precisa de químicos y una correcta gestión de los lodos que se generan, por eso, es una alternativa que suele tener sentido en instalaciones industriales donde hay personal técnico, supervisión continua y un presupuesto que puede sostenerlo.
BioMicrobics: tecnología biológica, eficiente y sustentable
Si los métodos clásicos son los veteranos, BioMicrobics es la nueva generación del tratamiento de aguas, su enfoque no depende de químicos, sino de algo mucho más natural: microorganismos beneficiosos que hacen el trabajo por nosotros. Dentro de cámaras aireadas, estos microorganismos degradan la materia orgánica del agua residual de forma eficiente, sin dejar residuos químicos ni malos olores.
El resultado es un agua completamente depurada y segura, lista para reutilizar en riego o infiltración, cumpliendo con las normas ambientales más exigentes, y lo mejor es que todo esto sucede en equipos compactos, automatizados y de bajo consumo energético, que apenas necesitan mantenimiento.
Imaginá un sistema que funciona casi solo, sin reactivos peligrosos, sin lodos tóxicos, y que además cuida el planeta, eso es lo que ofrece BioMicrobics, y por eso es ideal para viviendas, establecimientos rurales, hoteles, bodegas o pequeñas comunidades que buscan una forma simple y sustentable de gestionar sus aguas.
Diferencias clave
Entonces, ¿por qué elegir BioMicrobics?
Porque el agua debe ser tratada con inteligencia y respeto por el entorno, los procesos físico-químicos seguirán siendo útiles, claro, pero las soluciones biológicas como BioMicrobics van un paso más allá combinando eficiencia, ahorro y sostenibilidad.
Además, hay algo que no siempre se dice, elegir un sistema como BioMicrobics no es solo una decisión técnica, también es un compromiso ambiental, y eso, en estos tiempos, marca la diferencia.